viernes, 27 de septiembre de 2013

Book review: Cycles of time

Mi primera lectura de Roger Penrose fue su excelente disertación La nueva mente del Emperador, que versa sobre la viabilidad de lo que ha venido a denominar singularidad computacional.

De esto hace más de 15 años, y desde ese momento he seguido atentamente la publicación de sus nuevos libros, y conservo de hecho, como mi guía en el camino de la realidad, algunos de ellos en mi pila de lecturas pendientes.

Así que este verano, armado de una ilusión inquebrantable, me lance, como enamorado de nuevo a leer su tratado "divulgativo" sobre la Comología de Ciclos Conformes. Y claro, paso lo que tenía que pasar.

En resumidas cuentas, se trata de un texto que me ha dejado en estado de shock. Aun tratándose de un texto técnico, de lectura áspera, resulta adorable como la tónica Schweppes. Personalmente lo encuadraría al nivel de mis otras referencias fundamentales, como las aventuras filantrópicas de Mr. Pickwick, el anhelo demencial de Alonso Quijano o los aullidos existenciales de Harry Haller. Todos ellos unidos por el horror.

Todas estas comparaciones no resultarán en absoluto presuntuosas, si os confieso que soy termodinámico, de tendencias entrópicas. Y claro, nada mas comenzar con la lectura, descubro como Mr. Penrose, casi inadvertidamente nos desnuda nuestro tercer principio y sentencia: No way. El resto, bueno, el resto resulta humano, geométrico al fin y al cabo, si bien conforme.

De hecho, desde un punto de vista intelectual me sorprende enormemente que sigamos aun usando utilería tan antigua para tan altos fines. Sin carga alguna de animosidad. Y si bien es cierto, que los geómetras siguen divertidos, no puedo evitar ver estas herramientas con un corsé ontológico.  

Así pues, un texto genial, que incluye referencias adicionales para estudiosos del tema, y alguna otra demostración, que han de mirarse como cuadros de Kandiscky. Ya lo tengo en mi lista de relecturas.

Como es posible que toda esta heterodoxia os hayan dejado indiferentes, os recomendaría esta otra revisión mas ortodoxa.






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