El texto trata sobre las experiencias personales de Michael Ignatieff, miembro de una familia de rancio abolengo canadiense que "sin saber muy bien porqué, decidió optar al liderazgo del partido progresista (algo que consiguió) y a la presidencia de Canada (algo que no consiguió)". Como si el tema no fuese con él. Como si se tratase de que helado elegir durante el postre.
El libro presenta a Mr. Ignatieff como una víctima de un sistema, hidra de siete cabezas, que no consiguió dominar. Aunque lo cierto es que no parece que existiese un intento real de ser alternativa, respondiendo el enfoque a la situación final con la que acabó el experimento.
A pesar de las pretensiones, el autor nunca explica sus principios politicos, y demuestra que sus planteamientos respondieron a estrategias electorales más que a una actitud coherente. De hecho, el texto, anodino e intrascendente, parece responder más a una forma de reducir el impacto de su fracaso, que a una voluntad sincera de poner de manifiesto las perversiones del sistema politico.
En fin, pena de recursos desperdiciados.