domingo, 31 de enero de 2016

Scrum


Interesante referencia, de carácter no técnico, sobre el desarrollo de software ágil y su aplicación a ámbitos diversos.

El autor, Jeff Sutherland, es uno de los padres del Scrum, nombre original con el que se denomina esta aproximación al desarrollo de software.

Sus principios, recogidos en el Agile Manifesto, aunque de extrema sencillez, se han mostrado muy efectivos en la gestión de proyectos complejos y se fundamentan en valorar

  • Individuos e interacciones sobre procesos y herramientas
  • Software funcionando sobre documentación extensiva
  • Colaboración con el cliente sobre negociación contractual
  • Respuesta ante el cambio sobre seguir un plan
Aunque en 1993 se trató de una apuesta disruptiva frente a metodologías como CMMi, actualmente estas son ideas que muchas compañías han adoptado como parte de sus principios.

Pero lo cierto es que no por repetidos resulta innecesarios, por lo que su lectura resulta refrescante.

Recomendable.


domingo, 24 de enero de 2016

En la Orilla

Rafael Chirbes murió fumando para hacerse famoso, casi sin dejarnos tiempo a descubrirle, sorprendiéndonos con el relato de nuestros días sórdidos. Apenas nos dio tiempo a realizar el exorcismo de los premios nacionales de literatura.

Con el disgusto, los burdeles de todo el país cayeron en la desgracia institucional. ¡Demonios! Parece como si todo el mundo le hubiese leído y son todo miradas de reproche.

Hubo que esperar a que el hedor subiese a los cielos de la literatura, para descubrir lo que inundaba los palacios de justicia.


 Alegoría de la amargura y
derrumbe de los que heredaron el engaño.
Resurrección de lo real, la de siempre.
Eucaristía del odio, para agnósticos de lo social
Rezo nocturno al más acá de la Revolución.
En la hora de nuestra muerte, 
Amen.

Recomendable.


sábado, 16 de enero de 2016

Book Review: Vineland

Después de haberlo intentado con otro de sus títulos, como Mason & Dixon, que aún sigue pendiente, finalmente Vineland ha sido la primera obra que he leído de Thomas Pynchon.

El autor y sus obras me parecían conectadas con varios de mis autores preferidos, como John Fante y su Pregúntale al polvo , William S. Burroughs y su Almuerzo Desnudo o Bret Easton Ellis y su Menos que Cero.

Para mi, este tipo de autores, llevaron sus descripciones narrativas a los extremos más lejanos de la depravación, para sorprendernos una vez allí, con un puñado de niños asustados. Y en esta misma línea literaria creo encontrar Vineland.

Desde un punto de vista estético, el texto mezcla diversos estilos, y hace su estructura un tanto difícil de seguir, partiendo de un puñado de hippies enganchados a diversos tipos de drogas y con poderes poco definidos, que milagrosamente les permiten ir tirando. Hilarante a veces, densa otras, profunda y alimentando la reflexión también en ocasiones.

Y en estas andaba yo, tratando de vadear la marisma narrativa de leer con jetlag y a deshoras, cuando tropecé con el excelente film Inherent Vice sobre otro de sus libros, en el que encontré ciertas similitudes con Vineland, y que proporcionó el impulso definitivo para colocar al autor dentro de mi colección de recomendados.

En definitiva, altamente recomendable, ambos, el film y el texto.