El texto supone también una nueva aproximación a la divulgación de las ciencias, en la que se mezclan ilustraciones sencillas que hacen asequible el entendimiendo, con otras endiabladamente complejas que muestran el alcance del asunto, conexiones con otras ciencias (física cuántica en este caso), asi como notas biográficas de importancia más allá de lo personal, junto con lo que para mi es una novedad: muestras de una pasión extrema por la ciencia que alcanza límites artísticos.
El hilo conductor de toda la narración lo constituye el relato autobiográfico de Edward Frenkel, matemático ruso afincado desde los 80 en EEUU, donde ha desarrollado el grueso de su carrera.
En los primeros capitulos se describen los pasos iniciales de un adolescente con intereses atípicos, que va evolucionando hasta descubrir el sueño de convertirse en matemático. Frenkel, dotado sin duda de grandes capacidades matemáticas, afortunadamente contó con el ánimo, la guía y el apoyo de excelentes mentores, lo que pone de manifiesto la importancia de estos y el papel que juegan en edades tempranas para el desarrollo adecuado de los talentos.
No obstante, debido al apartheid intelectual al que sometían las autoridades de la Rusia socialistas a los estudiantes judios, fue rechazado, tras un vergonzoso examen de acceso, por la Escuela de Ciencias de Moscu y obligado a matricularse en la Escuela de Ingeniería de Minas,
La marginación de los estudiantes judios fué tal, que a partir de ese momento, todas sus actividades relacionadas con su pasión se convirtieron en clandestinas. En tanto en cuanto le ayudó a entrar en contacto con un exclusivo grupo de mátemáticos de élite, podría decirse que tuvo en última instancia un efecto positivo.
Lo cierto, es que incluso en tales circunstancia, Frenkel consiguió la posibilidad de trabajar a escondidas en proyectos de impacto y visibilidad internacional. Todo esto sería determinante para exiliarse a EEUU, asi como para sus contribuciones a Programa Langlands.
El Programa Langlands son un conjunto de conjeturas sobre la existencia de sorprendentes vínculos entre áreas dispares de las matemática como son teoría de números, formas automórficas, que constituyen la generalización de las funciones periódicas, o la teoría de la representación, que permite aplicar técnicas algebráicas al proceso de grupos.
Si bien se trata de un tema extremadamente complejo, Frenkel utiliza la demostración del Último Teorema de Fermat elaborada por Andrew Wiles (imprescindible el documental al respecto), que aprovecha precisamente una de estas conexiones, para introducirlo en un contexto, digamos que, amigable.
Tras esta concesión inicial, ciertamente con un enorme esfuerzo para no dejar a nadie atrás, continua a terrenos más inhospitos con nuevas conexiones, asi como interesantes conexiones con física cuántica. Apasionante.
En la última parte del libro, el autor nos cuenta como ha llevado a cabo algunas actividades artísticas que ilutran su amor por las matemáticas y que sin duda han permitido a miles de personas conocer esta disciplina. Echad un vistazo Rites of Love and Math.
Emocionante, inspirador.
Leedlo a vuestros niños por las tardes.