El texto resulta perfecto para estos menesteres, dada la enorme cantidad de ilustraciones y detalles que incluye. Esto permite convertir la lectura en una sesión que motive a grandes y pequeños en la literatura en general.
Además, los capítulos resultan de la longitud adecuada para leer uno o incluso dos por sesión lo que permite que los niños puedan seguir el hilo de la historia.
Por último, leer en voz alta resulta una experiencia agradable y hasta recomendable para todos. Como resultado de la experiencia, mi hija mayor lee El Principito a su hermana pequeña, cuando yo ando liado.
Por lo demás, poco que añadir. Esta ha sido la quinta vez que leo El Hobbit y es sin duda una lectura recomendable.
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