domingo, 20 de marzo de 2022

El científico Rebelde, de Freeman Dyson

 

"Los gatos son perros y los conejos también, 

pero las tortugas son insectos y viajan gratis"

Grata sorpresa en mi primera lectura de un título del famoso científico Freeman Dyson

Y es que, tras acabar mi últimas lecturas, echando un vistazo a las que tengo pendientes, encontré El Científico Rebelde y a pesar de mis reticencias iniciales, le di una oportunidad. Debo aclarar que las reticencias eran debidas a encontrarme un tanto débil en términos de salud y no estar seguro de poder digerir un texto que asumía denso.

Pero lo cierto es que como descubrí nada más empezar, se trata de una colección de artículos y revisiones bibliográficas o textos de preparación de conferencias, que como denominador común exigían al autor cierta amenidad y extensión acorde. La mayoría de los textos habían aparecido en el The New York Review.

La obra se estructura en cuatro secciones en los que se abordan temas candentes de la ciencia actual, la guerra y la paz, la historia de la ciencia y los científicos, y ensayos personales y filosóficos. El libro, que contó con una revisión en 2006, muestra a un Dyson con una dilatada experiencia vital, pero al orden del día.

Tanto por los temas abordados como por las opiniones vertidas, el texto es de una rabiosa actualidad, en estos momentos en los que la invasión de Ucrania por Rusia, trae de nuevo el conflicto intelectual y filosófico sobre guerra, o que disciplinas como inteligencia artificial reabren el debate de la ética en la ciencia.

Descubro en Dyson es un intelectual preocupado por la distribución de riquezas, la acumulación excesiva de poder en las empresas y su cortoplacismo, o ese liberalismo injusto para aquellos que parten de una situación en desventaja. 

En base a su historia personal y lo que he podido extraer de la lectura, tengo la impresión que creía firmemente en la labor que los intelectuales pueden jugar asesorando a un gobierno y controlado por la sociedad civil. 

En sus escritos sí que deja meridianamente claro la necesidad de impulsar la ética profesional para limitar las areas de investigación y alcanzar acuerdos para establecer multilaterales que limiten el desarrollo de armas o investigaciones de riesgo.

La sección correspondiente a la guerra y la paz incluye algunas reflexiones muy interesantes sobre la II Guerra Mundial y la estrategia militar, fruto de la lectura del libro Armagedón: La derrota de Alemania 1944-1945 de Max Hastings.  

En cuanto a los alegatos pacifistas, son meritorios las menciones a aquellos que mantuvieron su postura pacifista, llevándola al extremo con éxito, como por ejemplo los ciudadanos del pueblo Le Chambon, Leo Tolstoi o Norbert Wiener.

Junto con esta sección, la correspondiente a la historia de la ciencia y los científicos ha sido la que más me ha gustado. En esta parte destacaría en especial el capítulo dedicado a Isaac Newton o la revisión del libro donde se analiza cómo siguiendo caminos distintos, Einstein y Poincaire llegaron a la misma formulación de la Teoría de la Relatividad

Como he comentado, los artículos son revisiones de textos sobre científicos o historía de la ciencia, por lo que un subproducto interesante es la cantidad de obras que descubro, y que durante la lectura he ido añadiendo a mi lista de lecturas futuras. En definitiva un texto muy interesante y ameno.

Recomendable.




domingo, 13 de marzo de 2022

Mi tía terrible, de David Walliams

Continuando con la serie que comencé hace ya unos meses, esta es otra de las lecturas para antes de dormir. 

Se trata de un libro de cierta extensión (ronda las 400 páginas) que permite una lectura adecuada, con capítulos cortos e ilustraciones atractivos. 

Si bien la historia es trepidante, y ha mantenido el interés de mi hija hasta el último momento, la temática se me antoja un tanto inadecuada para niños pequeños. Y es que uno de los personajes principales es de una maldad desmedida, otorgándole categoría casi de reality y prensa amarilla tan popular entre el público británico donde parece que el autor cuenta con éxito notable.

Supongo que es cuestión de gustos, pero en literatura infantil me resulta más atractiva la fantasía convectional. En fin, de lectura muy atractiva y pegadiza, pero en adelante, me parece que prescindiremos de este autor, en busca de algo más normal.



      


Feria, de Ana Iris Simón

 La primera vez que intenté leer este libro, apenas pude pasar de las primeras páginas. Me produjo rechazo insuperable lo que yo percibí como un tono de queja. Al llegar a lo del año "follando y comiendo Doritos en Bruselas",  no pude continuar.

Pero lo cierto es que desde hace unos meses estoy más interesado de lo habitual en literatura en Español y aprovechando este fin de semana largo, le di una nueva oportunidad. Y el resultado ha sido completamente diferente.

La autora relata su travesía vital, si es que se le puede llamar así llegando raspado a los 30s, en un mundo que desaparece, ya que todos lo hacen, dejándose los recuerdos en jirones, que en algunos casos han alcanzado la categoría mágica que envuelve la realidad cuando el tiempo la transcurre

Página tras página, todo cobra sentido, el relato se despoja de los prejuicios y encuentra la narrativa de una generación huérfana de épica y cuyos ideales no le llegan a final de mes. 

A pesar de mi temores iniciales, la cotidianidad devora cualquier muestra de lamento o desengaño: se trata simplemente de la vida, que conecta islas existenciales generación en generación, para continuar un día más, en el que el bisabuelo Vicente sigue ahí.   

La autora, manchega, con su obra añade otra referencia, esta ya del siglo XXI, a nuestro páramo en llamas y lo hace sin alterar los elementos que, por políticamente incorrectos que pudieran parecer, son los que verdaderamente constituyen la historia viva de muchos de nosotros.

Para aquellos que lo quieran ver en términos sociales, es decir, políticos, la autora deja dos o tres frases contadas que podrían ayudar a enter porque la generación más concienciada con las injusticias de la historia, apenas es capaz de ayudarse así misma. 

Por mi parte, no ahondaré en ese razonamiento; creo que sería una falta de respeto al clan de los Simones.