Continuando con la serie que comencé hace ya unos meses, esta es otra de las lecturas para antes de dormir.
Se trata de un libro de cierta extensión (ronda las 400 páginas) que permite una lectura adecuada, con capítulos cortos e ilustraciones atractivos.
Si bien la historia es trepidante, y ha mantenido el interés de mi hija hasta el último momento, la temática se me antoja un tanto inadecuada para niños pequeños. Y es que uno de los personajes principales es de una maldad desmedida, otorgándole categoría casi de reality y prensa amarilla tan popular entre el público británico donde parece que el autor cuenta con éxito notable.
Supongo que es cuestión de gustos, pero en literatura infantil me resulta más atractiva la fantasía convectional. En fin, de lectura muy atractiva y pegadiza, pero en adelante, me parece que prescindiremos de este autor, en busca de algo más normal.
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