domingo, 23 de octubre de 2022

El Hombre del Futuro: La vida visionaria de John Von Neumann

Recientemente me hice con una copia de la versión en castellano del The Man from the Future: The Visionary Life of John von Neumann, de Ananyo Bhattacharya y desde que cayó en mis manos no he parado hasta acabarlo.

Leyendo La Catedral de Turing, de George Dyson, descubrí los aspectos más destacados de lo que para mí resultaba un científico olvidado. Más allá de poner nombre a la arquitectura más habitual de los computadores actuales, John Von Neumann no ocupaba espacio alguno en de mi lista de intereses.

Esto cambió como dije tras la lectura de La Catedral de Turing y compré algunas referencias técnicas y alguna otra biografía del matemático húngaro. Estas lecturas estaban siempre pendientes, a la espera de un buen momento y ahí seguían cuando me tropecé con esta referencia actualizada.

A diferencia de lo que uno pudiera pensar leyendo el título de la obra, no se trata propiamente de una bibliografía. Más allá de algunos detalles biográficos en los primeros capítulos y algunos detalles en el último, la obra contiene una compilación de las principales áreas en las que trabajó el científico. 

Así pues, si lo que se busca son datos biográficos, esta no es la referencia adecuada. Bien es cierto que la última parte de su vida estuvo relacionada con numerosos proyectos secretos, pero la omisión es intencionada. Imagino que un tratamiento adecuado hubiese requerido un trabajo mucho más profundo y la dedicacion de varios años.

No obstante, este enfoque no desmerece la obra. El autor realiza una compilación, basada en las principales referencias divulgativas de cada uno de los temás, con especial querencia por las habituales. Además, se excluyen tratamientos farragosos de los aspectos técnicos, que son referidos principalmente a los textos de Von Neumann y alguna otra referencia especializada.

Resulta entonces un tratamiento divulgativo de fácil lectura y con numerosas refrencias, lo que debería hacer las delicias de jóvenes y adultos proclives a la veneración científica, que no haría más que la mínima justicia de lo que se presenta sin lugar a dudas como el científico con más visión del siglo XX.

Ciertamente la lista de trabajos influyentes resulta interminable: 

Y todo esto dentro de su labor como mecenas de las principales mentes de la primera mitad del siglo XX, el desarrollo de la bomba atómica, patrocinio de las primeras soluciones de aprendizaje automático o su papel como asesor gubernamental y de la Corporación RAND.

Uno de los aspectos que destacaría de la obra de Von Neumann y que se refleja bastante bien en el texto es su caracter visionario. No solo formuló los principios de numerosas disciplinas sino que fue capaz de, introduciendo elementos epistemológicos, vislumbrar el futuro desarrollo de la disciplina y su aplicación.

En fin, salvedades menciondas aparte, se trata de un buen libro divulgativo. Que la mención algo frívola a Greta Thunberg del último capítulo no os distráiga. Altamente recomendable.






sábado, 22 de octubre de 2022

Maldita Ciudad

Son las cuatro en punto. Espero hasta ese preciso momento para salir de casa, cerrando la puerta tras de mí. Bajo a pie las escaleras dos pisos, llevando mi maleta en la mano. Desde el portal, la calle se anticipa tranquila. Una vez fuera, la madrugada templada termina por conformar los requisitos de un paseo agradable. Y espero unos segundos tranquilamente hasta que la puerta termina por cerrarse con un sonido mecánico. 

Durante esos segundos de espera continuo con mi maleta en mano, en un estado expectante, como preparándome para un largo viaje, aunque no serán mas de unos pocos días. Y comienzo a caminar. 

Lugares comunes durante el día adquieren a esta hora elementos novedosos, que automáticamente archivo para rememorarlos llegado el momento. Según avanzo constato una ciudad tranquila, aunque tras unos minutos andando mi mente incorpora a modo de banda sonora, los versos de Maldita Ciudad. 

Cuando llego a la esquina de la Calle de la Estación, el sonido de un reloj invisible da comienzo a un tiempo, que hasta ese momento parecía congelado. Y así, me cruzo con dos hombres, de aspecto elegante, que portan maletines. Conversan animadamente en francés, sin aparentar la somnolencia de los que madrugan. Según continuo, en dirección a la estación central, los sonidos de sus pasos se desvanecen y vuelvo a tener la sensación de caminar solo.

Dos figuras recogidas en un banco se sobrecogen al oír mis pasos y tras un breve acomodo, continúan abrazados como si estuvieran durmiendo en el salón de su casa. Unos metros más adelante, el suelo aparece iluminado por la luz amarilla de las farolas y las hojas caídas que comienzan a cubrirlo todo dibujan un puzle incompleto y reluciente. Según avance el otoño, se completarán las piezas restantes cuando el frio se acentúe. 

Inevitablemente me acerco al centro y los sonidos humanizan una ciudad que hasta ese momento parecía solo mía.