sábado, 26 de noviembre de 2022

The Strangest Man: The hidden life of Paul Dirac, Quantum Genius

There is no God and Dirac is his prophet.

Wolfgang Pauli

Excelente biografía del físico Paul Dirac, escrita por el también físico Graham Farmelo, que tenía en la pila de lecturas pendientes y finalmente encontré hueco para leer.

Se trata de una excelente obra que sigue una aproximación ortodoxa, reflejando los elementos personales, familiares e históricos. 

El trabajo de investigación, a lo largo de la etápa historica que cubre la vida de Paul Dirac, incluye minuciosamente detalles, adecuadamente justificados con referencias y cubriendo ampliamente los personajes que formaron parte de la vida del físico. Esto es especialmente interesante, considerando el papel que jugó Dirac en la definción de la teoría quantica de campos y la revolución consiguiente.

Dicho esto, percibo ciertas carencias. Sorprende la brevedad relativa con la que revisa la etapa correspondiente a los 30 ultimos años de la visa de Dirac, donde se centra en aspectos personales y familiares más que en su labor científica, aunque es posible que esto se deba a la ausencia de la misma. 

El relato correspondiente a esta etapa viene salpimentado con redencillas con su mujer y algunos comentarios propios de ancianos, que si bien serán precisos, creo que desvían el foco. Y esto en una época en la que necesariamente deben existir más material sobre la vida de Dirac.

Sorprende la practicamente total ausencia de mencion alguna al conflicto fruto de las interpretaciones deterministas versus la Interpretación de Copenague, el esfuerzo de Einstein-Podolsky-Rosen por desacreditarla y la victora final que supuso el sorprendente Teorema de Bell. La única mención que se hace a John Stewart Bell, es para mencionar su muerte. No es que no se incluya la opinión de Dirac al respecto, es que el tema está totalmente ausente. 

Otra omisión clamorosa es la de Von Neumann, que siendo húngaro como Manci, la mujer de Dirac, trabajó en el Instituo de Estudios Avanzados de la Universidad de Princenton, donde Dirac pasó numerosos años sabáticos, y figura imprescindible en el desarrollo de la mecánica cuantica y el program nuclear americano, solo aparece en una frase corta para hablar de su muerte en 1957.

Finalmente sorprende también el poco desarrollo de una de sus contribuciones de edad madura, la llamada Hipotesis de los Grandes Numeros, con importantes implicaciones filosoficas y que ha sido objeto de algunas obras posteriores, como the The Anthropic Cosmological Principle, publicado a penas un par de años después de la muerte de Dirac.

Respecto a la vida de Dirac, algunas cosas que no conocía han resultado interesantes. En primer lugar el odio que parece que siempre sintió por su padre, aunque el texto no recoge nada que pudiera justificar esto; el autor lo conecta con el suicidio de su hermano Felix, pero tampoco queda claro hasta que punto la personalidad de un padre estricto y enfocado en su trabajo, algo por otra parte que se ajusta al patron de la época, pudiera haber afectado tanto. Lo cierto es que en cuanto escapó de su casa, hizo todo lo posible por no volver, aunque sin llegar a desatender a su familia, sobre todo a su madre.

Otro detalle curioso, y más tras haber leido lo que el nacismo hizo a la ciencia en Europa, es que Dirac fue comunista, defensor de la Revolución Rusa y de Stalin, si bien más de espíritu que como activista, ya que nunca fué miembro del partido comunista británico.

Si bien, esto coincidió con una corriente social generalizada y que derivó en una permisividad que condujo a sonoros escándalos de espionaje en Gran Bretaña y Estados Unidos. Lo cierto es que ni siquiera la detención de su gran amigo Pyotr Kapitsa, en riesgo de ser asesinado por Lavrentiy Beria, encagado del desarrollo del programa nuclear de la URSS, y solo salvado por su cercanía a Stalin, le hizo renegar públicamente de su fe. 

También creyó a su amigo cuando le dijo que no había colaborado con el programa nuclear de la URSS (Dirac no participó significativamente en labores de guerra durante la Segunda Guerra Mundial) y posiblemente por su caracter, también perdonó a Heisenberg por su templada colaboración con el nacismo. Ciertamente fueron tiempos difíciles y Dirac pareció más leal a sus amigos que a los regímenes asesiones con los que por distintas razones se vieron obligados a colaborar.

En sus frecuentes viajes a la URSS, no parece haber percibido los efectos de las purgas o el Holodomor o si lo hizo, la biografía no recoge detalles alguno. Sobre el efecto que el comunismo tuvo en la ciencia de la URSS, menos divulgado que en el caso del nacismo, se puede consultar Love & Math.

Señalar que el libro si bien no entra en prácticamente ningún detalle de la parte científica, cuenta con numerosas referencias bibliográficas y notas por capítulos. Pero por no incluir, no incluye la Equación de Dirac, aunque ciertamente se recogen sus principales contribuciones como el positron o el monopolo mangético

Por último, es texto está escrito en un delicioso inglés, que si bien hará dificil su lectura para aquellos que no cuenten con el nivel adecuado, resulta muy agradable para los que pueden valorar el idioma. El texto cuenta además con unas pocas fotografías de todos los periodos de la vida de Paul Dirac.

En definitiva una obra estupenda, de la que cerramos la reseña con una estupenda canción de Belle and Sebastian